DÍA TERCERO
Meditación
DE CÓMO JESÚS ENCUENTRA A SU SANTÍSIMA MADRE EN LA CALLE DE LA AMARGURA.
Los discípulos, despavoridos, habían procurado ocultar a María la horrible suerte de su Hijo, pero muy pronto, avisada por el murmullo y los clamores de la muchedumbre que llegan a todas partes, lo ha adivinado todo y ha volado a su encuentro… ¡Su Hijo! ¡Ella quiere ver a su Hijo! El amor apresura sus pasos, pero la angustia sofoca su corazón… De pronto, al volver una esquina, le divisan sus ojos, pálido, ensangrentado, encorvado hacia la tierra por el peso abrumador del terrible madero. Un grito de suprema angustia y supremo dolor se escapa de los labios de la Virgen, sollozando enlaza ambos brazos en torno del cuello de su Hijo, y le cubre de besos sin poder pronunciar una palabra.
Jesús se adelanta más esforzado y como vigorizado por el encuentro con su Madre. Había al menos un corazón amante que le acompañaba en la vía dolorosa
Oración
Señor Nuestro Jesucristo, que dijiste a tus discípulos: “si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame”; nos postramos ante tu Sagrada Imagen de Dulce Nazareno, portador de la Cruz Redentora. Queremos que tu ejemplo sea el estímulo para llevar nuestra cruz, la del deber de cada día, con la paciencia y generosidad con que TÚ llevaste la tuya, pues sabemos que has dicho en tu Evangelio: “El que no toma su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo”. Te suplicamos, Señor, que saquemos de este Quinario luz para comprender las riquezas salvadoras de tu Cruz, y fuerza para seguirte con ella. Amén.
Sangre de Cristo derramada copiosamente en la Flagelación, sálvanos. (Padre Nuestro…
Sangre de Cristo brotada en la Coronación de Espinas, sálvanos. (Padre Nuestro…
Sangre de Cristo derramada en la Cruz, sálvanos. (Padre Nuestro…
Oración
Señor Nuestro Jesucristo, aliviado por el Cirineo en el camino hacia el Calvario, queremos ser los cirineos que alivien a tantos hombres, miembros doloridos de tu Cuerpo Místico, que caminan por la vida bajo el peso de las cruces que tu providencia les envía. Danos fe para verte en ellos. Danos capacidad para inyectar esperanza en sus corazones desesperados, danos caridad para meter nuestros hombros y aliviarlos en su peso. Amén.